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Metamorfosis del corazón

Desde que tenemos un sentido común de las cosas, vivimos aprendiendo modos y formas, desde que nacemos hasta hoy. Entonces podríamos decir que somos el resultado de un porcentaje de lo que aprendí de mamá o de papá o mis hermanos, también tengo un poco de mi esposo, suegros, amigos, compañeros de trabajo etc.

Podríamos decir que hasta este momento somos una esponja de aprendizaje y nos gusta ir copiando modelos, buscando mejorar el modelo que ya creemos que somos, sin embargo, en realidad somos una combinación de lo que creemos que somos, lo que otros ven que somos y aquello que realmente somos.

En la carta escrita por Pablo a la Iglesia de Colosas alrededor del año 60 d.C, presuntamente cuando Pablo se hallaba preso en Roma, se nos enseña que todo fundamento de nuestra vida debe estar permanente en Cristo. Específicamente en este versículo Colosenses: 2:9:10 “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en El, que es la cabeza de todo principado y potestad”

Es por ello que debemos revestirnos de un nuevo ser, conforme a la imagen que Dios nos mostró a través de Cristo, hasta alcanzar el conocimiento pleno. (parafraseo v:3:10) Al poner la mirada constante en la vida de Jesús, (¿Cómo vivió?, ¿Cómo trataba a otros?, ¿Cómo actuó en situaciones difíciles?, ¿Cómo pensaba acerca de otros?) podremos observar como ÉL es, el mejor modelo a seguir y es lo único que necesitamos en nuestra vida, como arquitecto restaurador de nuestro interior, dejarle que habite en ti y, como cumplidor de promesas Él lo hará, dejarle también que te renueve y guíe continuamente, Si pensáramos siempre en cómo reaccionaría El ante tal o cual cosa, de seguro siempre desearíamos copiarlo. Jesús tenía un corazón espiritual, deseemos de todo corazón ser igual.

Este escrito fue inspirado por:
Biblia versión Reina Valera 1960
Libro “Como Jesús” de Max Lucado (Cap1)

Betsy Montilla