Durante estos últimos años, en diferentes instancias, he podido ver como las personas en la sociedad tienden a sentirse solos, y con esto no me refiero a la soledad en el sentido de no estar rodeado de gente, ya que, si se dan cuenta, es muy difícil que alguien no posea al menos a un amigo. Esto se debe a que los humanos somos seres que de alguna u otra forma buscamos tener interacciones con nuestro entorno, pero si observamos un poquito más allá, esta forma de acompañamiento no es siempre la que se necesita.
Actualmente los índices de problemas que apuntan directamente a la salud mental son altísimos, pero ¿por qué pasa esto? Si bien la gran cantidad de personas se muestran junto a otros, la mayoría no es capaz de encontrar a una sola persona que de verdad este para él en todo tiempo y en todo momento, ya que somos humanos y por lo mismo somos completamente imperfectos. Pero hay alguien que a pesar de todo siempre estará a nuestro lado sin importar todo lo malo que hayamos hecho o como nos estemos sintiendo en ese momento. Él es nuestro Padre celestial, a pesar de todos nuestros errores y de que le fallemos una y mil veces, Él estará ahí para nosotros.
En esos momentos en los cuales uno pasa por las pruebas más difíciles, llegando a sentirnos solos y no encontramos solución alguna a nuestros problemas debemos recordar que nuestro Dios está ahí y que Él siempre tendrá un abrazo afectuoso para con nosotros, incluyendo una palabra reconfortante que encontraremos en las escrituras. Por lo tanto, Él nunca nos abandona, siempre está a nuestro lado y nos ayudará en todo momento. Solo debemos acercarnos a Él por medio de su palabra y la oración, y Él nos sostendrá y nos ayudará a salir de aquella situación que nos atormenta y de la soledad.
Dámaris Aranda