Cuando vamos creciendo en la vida y empezamos a darle valor a ciertas frases como: ¿Qué estamos haciendo aquí? , y ¿todo esto a dónde nos llevará? ¿Esta decisión que acabo de tomar me acerca o me aleja a las metas planteadas? Y muchas veces cuando tomamos el tiempo de responderla, ocurren dos cosas: terminamos replanteando objetivos o declinamos de ciertas decisiones que nos alejan del propósito.
A menudo nuestro Maestro usa ciertas situaciones o espacios en la vida para llevarnos a reflexión y en particular nosotros mismos también usamos algunas formas y maneras de acercarnos a Él y establecemos cambios. Hay pequeños trozos en la Vida de Jesús que si los observamos como un ejercicio para reflexionar acerca de nuestro modo de vivir, podrán ser de gran ayuda, en particular en este escrito te mencionaré solo dos episodios:
Una de ellas es el acto de la mujer que lloró a sus pies y derramó el perfume de nardo puro. (Lucas 7:37) Esta mujer hizo el mayor acto de adoración que tal vez ningún otro dentro de los evangelios le haya demostrado tanta entrega al maestro, ella entregó su herencia y su única oportunidad que tenía de poder ser entregada a un esposo, derramando este perfume de alto precio entendiendo que Jesús es su Amado. Otro Episodio que podemos recordar y que es clave para hacerte volver a Él son las palabras de Jesús en la Cruz, Todas las palabras de Jesús fueren célebres y de importancia, pero las de la cruz muestran tanta agonía, amor, compasión que es imposible pasarlas por alto. Cuando dijo: “Eli Eli ¿Lama Sabactani?” Texto originario del arameo, que quiere decir “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?”. En (Mateo: 27:46), el texto dice: “cerca de la hora novena” (hora judía) que esto sería las 15 horas. Dice que: “clamó”, cuando traducimos este verbo en el original griego ἀνεβόησεν (Mat. 27:46 BYZ) (gritar, gritar en voz alta). Estás palabras llegan directamente al Corazón y es que cuando estudiamos la vida de Jesús en la tierra podemos hallar un hombre sin faltas, obediente al Padre (Dios), que oraba, que hizo la voluntad de Dios aunque muchas veces quería renunciar a tanto sufrimiento y aun así se entregó como cordero, como lo había escrito el profeta Isaías. Estás palabras fueron completamente de tribulación y soledad Jesús sintió como por primera vez su Padre no estaba con Él, porque estaba cargando en ese momento con todos nuestros pecados para darnos libertad. Sé que hay muchos ejemplos más pero estos dos son una gran muestra de entrega que dejan ver la necesidad de un cambio en nuestro mismo ser, y entender que mientras más renunciamos a aquello que nos hace engordar nuestro ego, más cerca estamos de la sencillez y hermosura del Maestro.
Betsy Montilla