Uno de mis cuestionamientos constantes cuando era niña era; como yo desde mi futura profesión podría servirle a nuestro Dios, y escuchaba a algunos hermanos decir que “Dios los llamo a su ministerio”, haciendo alusión a que se convertirían en Pastores, misioneros, etc.
Cuando tuve que decidir acerca de mi futuro y en lo que yo quería aportar a la sociedad pude notar desde mi profesión que igual podía servir al Señor, ya que es Él quien puso en mi las habilidades o dones que se necesitan para poder desempeñarme en el área en la que elegí.
“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.”
1 Pedro 4:10
Por lo que, todas nuestras vocaciones son entregadas por Dios para que desde ahí podamos servirle a él, y cumplamos su propósito para nuestras vidas. Todos los talentos que él puso en nosotros son para su Gloria y Honra y así poder aportar a la sociedad en la que vivimos y poder dar a conocer su reino, desde el lugar en el que nos encontremos. Nuestro padre conoce cada aspecto de nuestra vida, por tanto, él nos pone en los lugares indicados para poder usar nuestros talentos de la mejor forma.
Por tanto, chiquillos, siempre tengamos en cuenta que Dios nos entregó algo especial a cada uno, por lo que desde el lugar en el que nos encontremos sirvámosle a él y todo lo que hagamos, hagámoslo para la gloria de nuestro padre celestial.
Dámaris Aranda